viernes, 24 de octubre de 2008



Que será lo que se escucha... que estará
pasando, allá a lo lejos que no estamos sabiendo...
Suenan... parece que es algo inmenso... algunos coinciden que es el latido de un corazón gigante que avanza mas y mas... la tierra vibra debajo de nuestros pies y es producto de eso que suena y no podemos identifica... es un sonido que nos habla, que nos canta, que trae vida... la espesura de la tarde se va haciendo mas grande, el cielo se va tornando al mismo color que el mar, la tierra se convierte en arena... todo parece coincidir... todo es intensidad... el calor, el viento, las miradas, los gestos, los cuerpos, las pisadas, las voces, el fuego que va naciendo a medida que el sol decide abandonar su lugar...
El sonido se escucha mas fuerte, las sensaciones se expresan con movimientos innatos de nuestros cuerpos, será aquello que suena lo que nos provoca eso no pensado? salen desde adentro modificándonos, transformándonos en los mismo seres, todos iguales, escuchando, viendo, saboreando lo mismo...
Nosotros necesitábamos avanzar, allí de donde creímos que salía ese latido y fuimos, marchando, marcando fuertemente nuestros pies en la arena... cada vez mas cerca, todos con la misma fuerza... de a poco se iban viendo... los cueros reflejaban la cantidades de estrella en ese cielo que ya era oscuro... grandes, pequeños todos tenían ese sonido que se trasformaba en ritmo, en música, en regalo... nos miramos fuertemente con mas intensidad aun, estábamos, por fin frente a frente, descubriéndonos... el lenguaje se transformó en uno solo, todos comprendíamos lo mismo, las palabras no hacían falta, el dialogo solo era entre ellos y sus tambores de gruesas maderas y nuestras almas danzando... era un espacio de entrega mutua con un solo fin, sentir y creer realmente que no existía ninguna diferencia que nos separara del uno con el otro, sino de sentir en todas las extremidades de nuestro ser que venimos del mismo útero y ahí, personalmente, sentí que encontré a mis otros hermanos de la vida, sin decirnos nada pero a su vez abriéndonos totalmente al encuentro de dos piezas que se juntan para ser una sola...
La intensidad, los deseos, el disfrute, las ganas, el sentimiento, la resistencia y la paciencia... todo esta guardado en esa cajita del corazón, la que compartimos con la familia DIOLA y cuando hablo de ello los nombro a todos... la música, la danza, el canto, las creencias, la familia es lo esencial para un DIOLA y todos somos parte, no?
noe

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